El papa Francisco nos desafío a aceptar el desafío de ser sembradores de vida, allá donde estamos:
Los padres de familia deben sembrar fe y vida entre sus hijos
Los padres de familia están llamados a sembrar fe y vida entre sus hijos sin desanimarse. Aunque los hijos parecen no entenderlos y no apreciar sus enseñanzas, o si la mentalidad del mundo “rema en contra”.
En esta tarea de sembrar semillas de vida los padres de familia, no deben ceder a la “desconfianza”, no deben renunciar a sembrar y dejar “a los hijos a merced de las modas y del móvil, sin dedicarles tiempo, sin educarles.
Si los padres abandonan su tarea de sembradores, el terreno fértil se llenará de malas hierbas.
También los jóvenes pueden sembrar
El Pastor de la Iglesia Católica les dijo a los jóvenes que pueden sembrar el Evangelio en los surcos de la vida cotidiana:
- Con la oración que es una pequeña semilla que no se ve, pero con la cual se encomienda a Jesús todo lo que se vive, y así Él puede hacerlo madurar.
- Dedicándole tiempo a los otros, a quien lo necesita más: puede parecer perdido, sin embargo, es tiempo santo.
Los sembradores del Evangelio
Son sembradores de la semilla son muchos buenos sacerdotes, religiosos y laicos comprometidos en el anuncio, que viven y predican la Palabra de Dios a menudo sin registrar éxitos inmediatos.
Sembrar la semilla de Dios parece ser infecunda, parece que no sucede nada, en realidad el Espíritu Santo está trabajando y el reino de Dios ya está creciendo, a través y más allá de nuestros esfuerzos.
Cuatro preguntas sobre el sembrar
Y el Pontífice concluye su mensaje preguntándonos:
- ¿yo siembro el bien?
- ¿Me preocupo solo por recoger para mí o también de sembrar para los otros?
- ¿Lanzo algunas semillas del Evangelio en la vida de todos los días: estudio, trabajo, tiempo libre?
- ¿Me desanimo o, como Jesús, sigo sembrando, también si no veo resultados inmediatos
