VIVIMOS ENTRE EL BIEN Y EL MAL

MENSAJE CRISTIANO.- El reino de Dios se parece a un campo con semillas de trigo y cizaña, a la semilla más pequeña y la levadura que agranda la masa. Recogemos 15 frases de tres obispos:

EL OBISPO DE ROMA: EL PAPA FRANCISCO  

1. vivimos en un campo libre donde crecen el bien y el mal.
2. No dejarnos vencer con la tentación de hacer una limpieza total.
3. Aprender a buscar la obra de Dios. A ver en los demás, en el mundo y en nosotros mismos la belleza de la semilla que Dios ha sembrado.
4. Tener la capacidad de buscar las malas plantas que hay en cada uno. ¿Y decidir arrojarlas al fuego de la misericordia de Dios?
5. Superar la tentación de juzgar a las personas, de hacer crecer la capacidad de reconocer fácilmente la cizaña y no el trigo que crece en las personas.
6. Haremos crecer la sabiduría de ver lo bueno de los otros.
7. No desanimarse por las limitaciones y la lentitud de sus cambios en el prójimo
   

EL PRESIDENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL BOLIVIANA: MONSEÑOR AURELIO PESOA

8. Dios por su amor es paciente, quiso que las semillas del trigo y la cizaña crezcan juntas.
9. Aprender a buscar lo bueno que Dios sigue sembrando en la vida diaria.
10. Los medios nos muestran las noticias sensacionalista y escandalosas.
11. El bien no hace mucho ruido, el mal en cambio hace mucho ruido y es destructivo.
12. Llevados por intereses personales o de grupos, los valores humanos y cristianos, del bien común, de la verdad, del honor, del respeto a la persona mayor, de los Derechos Humanos se están alejando de la vida.
13. Dios es paciente y nos enseña que seamos paciente, por eso, “no debemos pedir que desaparezcan los malos, sino que desparezca el mal.
14. No podemos caer en la tentación o ligereza de buscar excluir del grupo o de la comunidad a aquellos que no piensan como nosotros, o de condenar, despreciar o discriminar al otro.
    

ARZOBISPO DE COCHABAMBA: MONSEÑOR OSCAR APARICIO

15. trabajar más para ser sembradores de paz y contribuir para que su reino sea en este mundo.
16. Aprenderemos a reconocer la cizaña de las peleas entre hermanos, la cizaña del chisme, del egoísmo, de la indiferencia que hacen daño a la vida diaria, y no deja crecer el Reino de Dios.