Esta realidad marca el trabajo de los periodistas en Bolivia y en muchos países
“De una agresión cada 6 días en 2018 a una agresión cada 3 días en 2022” tituló el periodista Rodolfo Huallpa para expresar y concluir la realidad de agresiones y violencia contra periodistas en Bolivia.
Eso dice el informe de investigación de la Unión Nacional de Instituciones para el Trabajo y la Acción Social, UNITAS.
Conclusión similar registró la Fundación Para el Periodismo en su seguimiento a los ataques a la libertad de prensa y de expresión.
¿POR QUÉ?
Revisando periódicos y datos, la violencia contra periodistas se registra principalmente durante las coberturas de avasallamiento y tráfico de tierras; tráfico de drogas; explotación clandestina e ilegal de minerales; control a la producción de la coca; movilizaciones de migrantes, comunarios y campesinos, movilizaciones de seguidores del gobierno actual o de grupos de poder regionales y en situaciones de contaminación del medio ambiente.
La violencia contra periodistas también se agrava cuando hay cobertura de elecciones de representantes, jueces, diputados y presidente y durante confrontaciones entre opositores y oficialistas.
¿ALINEADOS?
En tiempos de conflicto algunas organizaciones sociales prefieren a “sus periodistas y a sus medios de comunicación”. El periodista y el medio deben estar alineados con la organización, sea oficialista u opositora. No debe observar, denunciar o cuestionar las acciones que toma esa organización o grupo de poder. Así ha ocurrido por ejemplo en el último conflicto de Santa Cruz, o en el conflicto regional de Potosí o en las movilizaciones del 2019
La sociedad boliviana ha profundizado su polarización en los últimos 25 años. El discurso y la acción de muchos líderes, caudillos y guías parece ser “nosotros somos los elegidos y los otros no”. Se han profundizado también conflictos regionales; avasallamientos de tierras; grupos sociales que luchan por el excedente económico, toma de alcaldías, gobernaciones y el Estado Central.
El narcotráfico, el contrabando, la minería ilegal, el tráfico y avasallamiento de tierras son detonantes de esta polarización. Los partidos en sus intentos por enfrentar estos problemas también han provocado mayores divisiones entre la sociedad ya polarizada.
¿Y LAS GARANTÍAS PARA UN BUEN TRABAJO?
El capítulo de comunicación en la constitución Política del estado garantiza en sus artículos 106 y 110 el trabajo periodístico, la libertad de prensa, expresión y comunicación, pero hay casos en los que no se cumplen.
¿CUÁNTOS SOMOS?
Bolivia cuenta con 11.463 personas, registradas en labores de ciencias de la comunicación, redactores de estilo, locutores de radio, televisión u otros medios y técnicos en radiodifusión y grabación audio visual según el informe 2017 del Instituto Nacional de Estadísticas. 95,2% trabajan en el área urbana y 4,8% en el área rural. 7.956 son hombres y 3.507 mujeres, la mayoría entre 25 a 29 años.
¡LOS TATARABUELOS RECOMIENDAN Y EXIGEN PERO LA TECNOLOGÍA ATROPELLA Y APLASTA!
Ser un líder social, buena persona, un lector empedernido, recto y audaz, capcioso y ágil, curioso, ojo crítico, investigador, sobrio al redactar, humilde recomiendan los desaparecidos Javier Darío Restrepo, Gabriel García Márquez, Richard Kapuscinski, entre otros.
Los estudiosos señalan que ahora se necesitan profesionales de la información y la comunicación, libres, independientes, rigurosos y honestos…si no hay aquello la democracia y la convivencia quedan disminuidas y los poderosos y autoritarios tienen más poder.
Y el tren de la tecnología manda estar preparados en redacción multimedia en radio, televisión, Internet y prensa y ahora “parece haber sólo información porque todos tienen medios y tecnología para informar”
¡EL QUIJOTE NO VIVE DEFENDIENDO CONCEPTOS! ¡ABANDERA CAUSAS Y SE COMPROMETE CON ELLAS!
Una de cada 100 personas acapara una tercera parte de toda la riqueza en Bolivia. Una de cada 100 personas se queda con la quinta parte del total de los ingresos (sueldos, salarios, otros). Ese es el tamaño de nuestra injusticia.
La discriminación y el racismo aún pesan sobre poblaciones y comunidades alejadas, excluidas y ninguneadas donde la pobreza llega aún al 60, 70 y 80%.
Territorios como Potosí que expulsan a 300 mil habitantes entre 1992 a 2001 y 130 mil más entre 2001 y 2012.
Los ríos contaminados en Oruro, Potosí, La Paz y Beni con 2, 3 y 4 de acidez y metales pesados, no aptos para el consumo humano y tampoco para el riego de sembradíos. El estado no hace cumplir el mandato de la Constitución: el derecho de la madre tierra a vivir libre de contaminación. El pilar 9 de la agenda patriótica del MAS promete que no habrá ningún río contaminado hasta el 2025 y el gobierno se ha comprometido ante el Acuerdo de París agua segura y saneada para todos hasta el 2030.
La minería ilegal saquea el oro del país, principalmente en La Paz y Beni, vende esta riqueza por un valor de 3 mil millones de dólares anuales y aporta menos de 70 millones de dólares en impuestos y regalías a Bolivia.
¡CONOCER Y PRACTICAR NUESTROS CÓDIGOS Y NORMAS Y CORREGIR NUESTROS ERRORES!
Estar al servicio de la verdad, la justicia, la paz, los derechos humanos dicen los códigos de ética. Manejar la información con responsabilidad dice la Constitución Política. Autoregular el trabajo sino el poder y los poderosos aprobarán leyes para controlar el trabajo de la prensa dice la realidad.
Corregir la crisis moral y pérdida de valores, el mercantilismo y el utilitarismo, mejorar la responsabilidad social; recuperar la credibilidad frente al sensacionalismo y la manipulación de la verdad; dominar nuestras normas y códigos como un manual de soluciones para problemas concretos.
¿Y EL 10 DE MAYO?
Hace 85 años, por la lucha de los periodistas contra el poder establecido y demandando derechos y libertades se aprobó la norma del 16 de noviembre de 1.938 en el gobierno de Germán Busch.
El trabajo de un periodista es semejante al de un maestro educador, debe tener seguro médico y seguro de jubilación, dice la norma.
85 años después, esa ley no se cumple para la mayoría de los periodistas del país.