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RÍOS CONTAMINADOS EN PERÚ: “UN DESASTRE AMBIENTAL GRAVE”

Un reciente informe del gobierno de la región de Áncash, en el centro-occidente de Perú, confirmó que las aguas de los ríos Santa y Tablachaca, que recorren dicha región, no son aptas para el consumo humano, tras detectarse la presencia de metales pesados. «Es un desastre ambiental grave porque estos ríos estaban asignados al consumo de poblaciones enteras», dice a DW Beatriz Cortez, activista de la ONG Red Muqui, que hace vigilancia en temas relacionados con la minería y el agua en Perú.

Las alarmas se encendieron a comienzos de agosto, cuando la población alertó de que las aguas de dichos ríos presentaban una coloración naranja. En el caso del río Santa, cuyas aguas son tratadas para abastecer de agua potable al distrito Nuevo Chimbote, la muestra tomada arrojó niveles elevados de hierro y arsénico. Y en el río Tablachaca, que abastece de agua a la localidad de Chuquicara, además de hierro y arsénico, se detectaron niveles altos de manganeso.

De acuerdo con informaciones preliminares, la causa de esta contaminación podría deberse al colapso de una bocamina en la localidad ancashina de Pallasca, perteneciente a la Minera Tungsteno Málaga SAC. «Hemos pedido información para saber qué tipo de minería es la que realiza Tungsteno, pero la otra posibilidad es que la contaminación venga de la bocamina 1464 que estaba a cargo de la empresa pública Activos Mineros SAC”, cuenta la activista Cortez.

Sin embargo, según Activos Mineros SAC, estas bocaminas están inactivas desde 2015, por lo que se presume que han sido tomadas por mineros informales que operan en la zona. En esa misma línea, el ministro de Ambiente de Perú, Juan Carlos Castro, declaró a la prensa local que detrás de la tragedia ambiental estaría la «minería ilegal”.

En todo caso, recuerda la activista Cortez, «ambas empresas son de alguna forma unidades mineras de las cuales el Estado, en su diversos niveles, tenían información”. De ese modo, cuestiona que «el discurso más fácil que puede tener el Estado ahora es decir: son los mineros ilegales, los cuales nunca vinieron a pedir permiso de nada y entraron al territorio”.

Las aguas de los ríos Santa y Tablachaca son vitales para las regiones de Áncash y La Libertad, donde abastecen más de un millón y medio de personas. Debido a la contaminación de dichos ríos, varias localidades tuvieron restricciones en los servicios de agua potable, además del peligro que tuvieron para el riego de unas 200 mil hectáreas y otras actividades conexas, según el ambientalista Martines.

Si bien la magnitud de la contaminación en estos ríos es nueva, los problemas con la minería informal en la zona existen desde hace décadas. «Este es un problema crónico y progresivo. Permanentemente el río Santa es un vertedero de aguas contaminadas que provienen de la minería”, afirma Martines.

Tomado de: DW

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